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Jose Ismael Alva Ch.
Arqueólogo Residente del Complejo Arqueológico El Brujo
La pesca es la actividad económica que permite extraer peces del mar, lagunas y ríos con fines alimenticios. Desde tiempos remotos, las comunidades que poblaron los Andes desarrollaron sistemas de captura que fueron sofisticándose a lo largo de los siglos junto a la complejización social. Las evidencias más antiguas de la pesca andina se encuentran en la costa, vinculándose al aprovechamiento de recursos marinos por parte de poblaciones nómades y al proceso de sedentarismo. En esta ocasión revisaremos parte de la historia de la pesca marina en el valle de Chicama.
A fines del periodo pleistoceno, alrededor del año 10 000 a. C., los grupos humanos fueron ocupando la costa en campamentos estacionales para aprovechar los recursos que había en la zona. En ese contexto, las primeras evidencias de la pesca en nuestro país están en la Quebrada Tacahuay (Moquegua), donde las comunidades consumían anchoveta (Engraulis ringens) entre los 10 730 y 9370 a. C. (León, 2013, p. 362). En la costa norte, algunos posibles restos de anchoveta han sido registrados en el valle de Zaña (Lambayeque) con una antigüedad de 9700-9200 a. C. (León, 2013, p. 363).
Figura 1. La Huaca Prieta, Complejo Arqueológico El Brujo, en el horizonte marino del valle de Chicama.
Figura 2. Vista del flanco oeste de la Huaca Prieta.
Sin duda, los instrumentos de pesca más antiguos y mejor preservados se encuentran en la Huaca Prieta, edificio precerámico localizado en el extremo sur del Complejo Arqueológico El Brujo. En este lugar, el arqueólogo norteamericano Junius Bird halló en 1946 una red de un largo estimado en 30.5 metros de largo, la cual tenía atada 8 flotadores hechos de calabazas y pesas de piedra (Bird et al., 1985, fig. 171).
Otras evidencias de pesca provienen de los cuerpos de la gente que ocupó la Huaca Prieta. Las tumbas que excavó Junius Bird contenían a algunos individuos masculinos y femeninos que presentaban exostosis auditiva, formaciones óseas en el conducto del oído ocasionadas por el buceo; los pescadores debían ser en cierta medida expertos nadadores y zambullirse para el manejo de redes y la recolección de mariscos (Bird et al., 1985, pp. 63-64). La exostosis auditiva también está presente en los individuos del periodo Formativo (1700 - 200 d. C.) enterrados en el flanco norte de Huaca Prieta y en el sector Paredones, revelando que las comunidades Cupisniques de El Brujo se dedicaban a la pesca de manera continua (Bird et al., 1985, p. 81; Mujica, 2007, p. 64).
Figura 3. Conjunto de 8 mates-flotador atados a los restos deteriorados de una red (lado izquierdo). También se observa una piedra horadada que sirvió de pesa (lado derecho). Piezas halladas en la Huaca Prieta. Foto tomada por Junius Bird (Bird et al., 1985, fig. 171).
Las investigaciones dirigidas por Tom Dillehay y Duccio Bonavia en Huaca Prieta permitieron recuperar una notable cantidad de restos de pescados capturados y consumidos por los habitantes de esta parte de la costa del Chicama hace 8000 años.
Se ha podido exponer, de manera muy restringida, los restos de consumo de anchoveta (Engaulis ringens), suco (Paralonchurus peruanus) y Lorna (Sciaena deliciosa) para la época previa a la construcción de la Huaca Prieta (9500 - 5600 a. C.); sin embargo, las evidencias mejor definidas corresponden al primer estadio constructivo de este edificio precerámico (5600 - 4500 a. C., aproximadamente).
Para el tiempo de los primeros constructores y los habitantes de la Huaca Prieta, se registra el consumo de una notable diversidad de tiburones, rayas y peces. Entre los pescados identificados están: anchoveta (Engraulis ringens), pintadilla (Cheilodactylus variegatus), machete (Ethmidium maculatum), sardina (Sardinox sagax sagax), lisa (Mugil cephalus), lenguado (Paralichthys sp.), tramboyo (Labrisomus philippii), mojarrilla (Stellifer minor), suco (Paralonchurus peruanus), cachema (Cynoscion sp.), lorna (Sciaena deliciosa), cabrilla (Paralabrax sp.), chita (Anisotremus scapularis), merluza (Merluccius gayi), bonito (Sarda chiliensis chiliensis), entre otros.
Figura 4. Anchoveta (Engaulis ringens). Tamaño: 20 cm. Foto: Instituto del Mar del Perú.
Figura 5. Suco (Paralonchurus peruanus). Tamaño: 25-40 cm. Foto: Instituto del Mar del Perú.
Figura 6. Lorna (Sciaena deliciosa). Tamaño máximo: 60 cm. Foto: Instituto del Mar del Perú.
Aunque los hallazgos en Huaca Prieta dan cuenta del uso de distintos tipos de redes para la captura de los diversos peces, es importante notar también que la producción de ellas estaba condicionada al acceso de fibras de algodón como materia prima y la disponibilidad de calabazas. En ese sentido, el investigador Hermann Buse destacó que el desarrollo del cultivo del algodón no solo fue impulsado por la necesidad de vestimenta, sino también por la exigencia de la pesca temprana (Buse, 1976, p. 20).
Asimismo, hay que estimar el uso de otras herramientas que, a pesar de no estar representadas en todas las excavaciones, se infiere que fueron empleadas habida cuenta la presencia de determinadas especies marinas en los sitios arqueológicos. Así, consideraremos el uso de anzuelos y cordeles. Existe consenso en que los primeros anzuelos estaban elaborados en concha de molusco, espinas de cactáceas o huesos, y luego progresivamente fueron reemplazados por anzuelos de metal. Finalmente, no debemos olvidarnos del uso del arpón, pues esta herramienta permitía la captura de grandes especies marinas como los tiburones (Buse, 1976).
La historia de la pesca está condicionada por los procesos naturales y el desarrollo tecnológico de las sociedades. La variedad de instrumentos para la pesca se verá potenciada en periodos posteriores con el surgimiento de la navegación, la cual permitió un mayor acceso a especies marinas y la sofisticación de sistemas de captura. El caballito de totora se constituyó progresivamente como una de las embarcaciones más versátiles y características de la costa norte peruana, siendo hoy en día en un símbolo de la pesca tradicional; pero esa historia será abordada en otra ocasión.
Bird, J., Hyslop, J., & Skinner, M. D. (1985). The preceramic excavations at the Huaca Prieta, Chicama Valley, Peru (Vol. 62, part 1). American Museum of Natural History.
Buse, H. (1976). Pesca y recolección de mariscos. En La Pesca en el Perú Prehispánico (pp. 17-37). Empresa Pública de Producción de Harina y Aceite de Pescado.
León, E. (2013). 14,000 años de alimentación en el Perú. Universidad de San Martín de Porres.
Mujica, E. (Ed.). (2007). El Brujo: Huaca Cao, centro ceremonial Moche en el Valle de Chicama. Fundación Wiese.